Desde el momento en que nacemos y nuestro ego se forma, desarrolla estrategias para no sentirse apartado del mundo circundante. Cuáles son? Qué son los Eneagramas y qué reflejan de nuestra personalidad?
Jung destacaba en sus estudios que el ser humano es «guiado» por un conjunto de arquetipos a un nivel inconsciente. Dos de ellos los denominó Sombra y Máscara. Uno y otro se combinan permanentemente. Pero fundamentalmente en el segundo, en la Máscara, se despliegan fuerzas y estrategias que son puramente adaptativas. Algunos las llaman Eneagramas o Eneatipos. Qué son los Eneagramas y qué reflejan de nuestra personalidad?
Desde antes de nuestro propio nacimiento comenzamos a formar parte de un tejido social que maneja información a un nivel inconsciente, en forma de deseos y mandatos, y a nivel consciente, en forma de reglas o saberes. En nuestra cultura occidental las fuerzas que mueven nuestro plano inconsciente muchas veces colapsan con una normativa social y familiar que conforma un entramado de sombras por un lado, y de estrategias, por otro, culminando en una personalidad.
En ese caso nuestra personalidad es la frontera con la realidad, o mejor dicho, con lo que no somos o con lo que está fuera de nosotros mismos. El ego se construye para adaptarnos a un mundo conformado por nuestras circunstancias y para ello necesita una máscara que le permita vincularse socialmente. Muchos autores lo denominan Eneagrama.
El mismo describe 9 tipos de personalidad, que están representados por un diagrama de 9 puntos (enea = 9, grama = diagrama). En geometría, un eneagrama se conforma como una estrella de nueve puntas. Cada una de ellas es un tipo de personalidad, un eneatipo, una estrategia que desarrolla cada ser humano para adaptarse.
Orígenes del Eneagrama
Algunos consideran que el concepto de eneagrama se encuentra en la sabiduría Sufí, la corriente mística del mundo musulmán, en los siglos X y XI. Otros señalan que su nacimiento es anterior y que correspondió al resurgir babilónico.
Sin embargo su potencialidad está reconocida por ramas de la psicología, principalmente de la corriente gestáltica.
El eneagrama en Psicología comienza a ser desarrollada como forma de conocimiento del sujeto por Oscar Ichazo, quien fuera maestro de un referente gestáltico como Claudio Naranjo.
Fue Naranjo quien llevó adelante todo un trabajo de sistematización y clasificación que hoy nos permite entender mejor de qué se trata un eneagrama.
Qué son los Eneagramas y qué reflejan de nuestra personalidad?
Desde el punto de vista etimológico la palabra personalidad deriva del latín “personam”, término que designaban a las máscaras que utilizaban los actores durante las representaciones dramáticas.
Evidentemente desde el punto de vista psicológico su aplicación es mucho más amplia y representa, como ya se ha dicho, el tipo de personalidad que desarrollamos para adaptarnos al mundo circundante.
El eneagrama refleja nuestros miedos y nuestras virtudes más primarias y por eso siempre es recomendable intentar desvelar lo que esconden u ocultan.
Al lograr quitar el velo el eneagrama nos permite comprender y descubrir cuál es la máscara que estamos utilizando para adaptarnos al mundo exterior y por lo tanto, quizá clave, entender nuestras actitudes y comportamientos. Si lo hacemos, si somos capaces de dar ese paso -claro que lo somos- estaremos en camino a un crecimiento personal mucho más pleno y maduro.
Como diría Rafael S. Cabal en su libro La enfermedad de los Ángeles Caídos y los caminos del alma, parafraseando a Jung, «recorrer el camino de hacer consciente nuestra propia oscuridad para dar paso a toda nuestra luz«.
Cuáles son las 9 personalidades según el Eneagrama?
Lo primero que tenemos que destacar es que cada eneatipo o tipo de eneagrama está condicionado de alguna forma por un sentimiento o una emoción. El diseño de cada máscara depende de esa emoción prevalente.
Obviamente que son nueve:
- Ira
- Orgullo
- Vanidad
- Envidia
- Avaricia
- Miedo
- Gula
- Lujuria
- Pereza
Es lógico que todos podamos sentirnos identificados con más de una de estas características, pero tenemos que considerar que existe una que es la predominante y se vuelve precioso descubrir cuál es.
Estamos emociones base, podríamos decir, son las que desarrollan la máscara que conforma el eneagrama.
Eneatipo 1: El reformador
La emoción base es la ira. En general son personas que encaminan su ira en normas y códigos. Pretenden la excelencia moral. Se camuflan detrás de la máscara de la perfección, exigiéndose a sí misma y por supuesto al otro. Es decir que tienden a separar a las personas en una visión bipolar: lo bueno y lo malo, lo correcto o incorrecto. La clave está en comprender que este eneatipo considera que está en lo cierto y es el resto el que se equivoca. En su estado positivo logran desarrollar un alto nivel de tolerancia y ética.
Eneatipo 2: El ayudador
La emoción base es el orgullo. Desarrollan una máscara donde reflejan su satisfacción de brindar ayuda a los demás a cambio de nada. Se muestran sumamente altruistas y generosos, pero necesitan que el otro les necesite. En el fondo dan para recibir atención, para sentirse necesitados. Presentan escasa tolerancia al rechazo y a la frustración. Debajo de la máscara necesitan seducir y conquistar para sentirse necesitados. Ahora bien, si logran trascender estas características «negativas» nos encontraremos con personas plenas y que incondicionalmente son capaces de entregarse sin apegos ni condiciones.
Eneatipo 3: El triunfador
La emoción base es la vanidad. Aparenta ser una persona exitosa y segura de sí mismo; es un rastreador incansable del éxito personal y muestra una preocupación innata por lo exterior. Seguramente refleje todo su narcisismo en Instagram o en cualquier red social. Necesitan sentir que agradan a los demás por su imagen. En la mayoría de los casos su sinceridad se pierde en un abismo de contemplaciones de sí mismos y en la competencia constante para destacar. Pero cuando logran conectar con su ser la sinceridad resplandece y brilla.
Eneatipo 4: El individualista
La emoción base es la envidia. Es quien se muestra al mundo sufriendo o reflejando afuera de sí una extrema sensibilidad. La clave en este caso es su profunda conexión con la carencia, por eso envidian lo que creen que no tienen o que no son capaces de alcanzar. La carencia que creen que no pueden superar puede provocar comportamientos autodestructivos y respuestas temperamentales. En su estado positivo logran conectar con la abundancia y con la empatía.
Eneatipo 5: El investigador
La emoción base es la avaricia. Se muestra como una persona que necesita poco de los demás. Generalmente es distante y le cuesta expresar emociones profundas. Es más bien cerebral y analítico. Lo que descubren en sus «investigaciones» lo utilizan para aislarse y protegerse de una supuesta amenaza exterior. Por ese motivo les cuesta disfrutar. Y así como se muestran que necesitan poco, dan poco. Al mantenerse aislados les resulta muy confrontativo entregarse a los demás, ya sea una pareja o a un grupo de amigos. Entregarse menos para ellos es sinónimo de evitar el sufrimiento. Si logran conectarse con su esencia son capaces de mucha generosidad y desapego.
Eneatipo 6: El leal
La emoción base es el miedo. En ellos predominan una vivida ansiedad. Constantemente se reflejan en problemas futuros y les cuesta anclarse en el aquí y ahora. Están un paso adelante del resto para imaginar los peores escenarios posibles. En todas partes ven a los cuatro jinetes del Apocalipsis e intentan evadirse de cualquier amenaza mostrando o fingiendo cierto nivel de autoconfianza. En el fondo el miedo los lleva a generar alianzas de lealtad para evitar sufrir. Cuando logran conectarse con su esencia alcanzan el equilibrio y la verdadera lealtad.
Eneatipo 7: El entusiasta
La emoción base es la gula. Vive insatisfecho en una realidad que no lo comprende y se enmascara en el buen sentido del humor. Para los que conocen las Flores de Bach es un claro ejemplo para abordar con el floral Agrimony. Como nunca puede sentirse satisfecho necesita huir del presente volcándose hacia la fantasía y a actividades que requieran mantenerse en la superficie sin navegar en aguas profundas. La máscara de alegría que portan esconden debajo un profundo sufrimiento y una extensa necesidad de protección. En su estado positivo alcanzan la plenitud resignificando el tiempo presente.
Eneatipo 8: El retador
La emoción base es la lujuria. Casi no sienten empatía por nadie. Podrían ser perfectamente asesinos seriales o líderes mafiosos. Se muestra muy seguro de sí mismo y tiene tendencia a dominar impartiendo la justicia del más fuerte. Presentan un fuerte rechazo a ser criticados y por en ese sentido carecen de autocrítica. Les gusta liderar una manada y marcar territorio, generar lealtades en base a su liderazgo. Cuando logran conectar con su esencia son capaces de contagiar entusiasmo y fortaleza desde la empatía.
Eneatipo 9: El pacificador
La emoción base es la pereza. Se aleja totalmente del conflicto y por ello pretende pasar desapercibido. Les cuesta expresar sus opiniones y generalmente busca complacer con tal de no confrontar. En el fondo les cuesta darse su propio valor y se alejan de sus deseos e intereses. Por supuesto que no se sienten capaces de luchar por obtenerlos, prefieren rendirse antes de intentarlo. Esto puede provocar que crezca en ellos el rencor y el resentimiento. Al eludir el conflicto se apartan del resto permanentemente. En su estado positivo son los mediadores perfectos y logran conectar con sus propios intereses y transmitirlos.
Esperamos que con este breve artículo les haya quedado más claro qué son los Eneagramas y qué reflejan de nuestra personalidad? Al menos, para un primer acercamiento, consideramos que los elementos primarios para comprenderlos están expuestos aquí. Sin dudas que hay mucho más para decir y por supuesto para descubrir con determinadas técnicas en cuál de ellos nos ubicamos. Hay especialistas que se dedican a ello y, si lo deseas, puedes buscar contactarte y develar lo que esconde tu máscara.